domingo, 26 de julio de 2015

La inteligencia fracasada


“La inteligencia no trata de resolver problemas, sino de plantearlos.”

“La elección de metas es una de las más delicadas operaciones de la inteligencia.”


Magnífico libro donde los haya, corto, sencillo pero impactante ensayo acerca de la inteligencia humana. Y sí, me maravilla que alguien haya hecho un ensayo sobre la inteligencia, rodeados como estamos de tantísima estupidez.

“La historia de la estupidez abarcaría gran parte de la historia humana. El empecinamiento de nuestra especie en tropezar no dos, sino doscientas veces en la misma piedra da mucho que pensar.”

Y es que no sólo el planteamiento, sino las citas de este autor son para enmarcarlas. Reflexionemos un poco, reflexionemos…

“Los hechos fueron valerosos. Sin embargo, el marco era disparatado. En el epitafio de los caídos habría que poner: “murió como un héroe por obedecer una orden estúpida”,  pero de hecho se puso un poema de Tennyson, cuya belleza me produce un gran malestar: “no nos correspondía a nosotros pensar el porqué, nos correspondía cabalgar y morir”.

“Reconocer la equivocación y aprovecharla es un alarde que ronda la genialidad.” Reclamo mi legítimo derecho a equivocarme… y según Marina ¡soy genial! ;-)

“Tener un prejuicio es estar absolutamente seguro de una cosa que no se sabe.” Así que, importante y fundamental, cuando alguien nos acuse de tener prejuicios, demostrémosle con nuestra sabiduría que lo que tenemos en realidad, son juicios.

La frase siguiente me parece de una genialidad absoluta, además de un breve y certero resumen de lo que es todo el libro. Vamos, que me encanta, y no puedo estar más de acuerdo:

“Al comenzar la partida, al nacer, nos reparten unas cartas, genéticas o de baraja. Hay naipes mejores y naipes peores, y es mejor tenerlos buenos. Pero no suele ganar el que tiene la mejor baza, sino el que sabe jugar mejor. Al educar la inteligencia lo que estamos haciendo es enseñar a jugar bien… con lo que se tiene, que a veces no es mucho.” Simplemente brillante.

“Somos comentaristas de nosotros mismos, y con estos comentarios a veces nos animamos y a veces nos destruimos.” Ale, toma ya. Otro dardo que me está dando mucho, pero mucho que pensar.

“El temor a realizar una tarea consume más tiempo y energía que hacer la tarea en sí.” Resumiendo: miedos, a tomar por saco.

“La tozudez puede ser, pues, un gran peligro. Por eso hablar elogiosamente de la “fuerza de voluntad” resulta equívoco. Prefiero hablar del buen uso o del uso fracasado de la voluntad, del uso inteligente y del uso estúpido.”

“El tirano, que vulneró la legalidad, apela a la legalidad cuando se ve vencido.” Y no quiero mirar a nadie, pero los que me leéis y me conocéis ya os imagináis por donde van los tiros… me desgañito exigiendo mis derechos humanos cuando estoy en minoría, me cargo de un plumazo los derechos humanos cuando consigo el poder… constantemente a lo largo de la historia…
 
Y en la misma línea, la siguiente frase:

“La intolerancia religiosa repite una y otra vez los mismos comportamientos. El débil reclama la libertad que le protege del tirano, pero si llega a ser poderoso se olvida de lo que antes pedía.”

“Yo soy yo y mi circunstancia. Y si no salvo mi circunstancia, no me salvo yo.” Ortega y Gasset. Conocidísima la primera parte de la frase, todo un misterio la segunda. A pensar queridos míos, a pensar.

“Las drogas no son un problema, sino una mala solución a un problema.”

“Un igualitarismo mal entendido nos impide apreciar a los demás. “Nadie es más que nadie” es una afirmación estúpida por degradante. No es lo mismo el hombre que ayuda a los demás que el hombre que los tortura.” Gracias Jose Antonio Marina, gracias por tener la misma opinión que yo acerca de la democracia mal entendida, opinión que al expresarla me ha hecho escuchar muchos ladridos de muchos pretendidos demócratas. Cómo me alegra saber que no soy la única que piensa así.

“¿Preferiríamos un Kafka feliz a las obras de un Kafka desdichado?” Y añado, ¿qué preferiría Kafka, qué hubieran preferido Beethoven, Schumann…? Los genios con una vida tremendamente desgraciada son otro de mis temas favoritos.

Termino ya este comentario con unas palabras tan terribles como acertadas, y acertadas no quiere decir que yo comparta su opinión, simplemente creo que por desgracia no dice ninguna mentira. No son del autor estas palabras, sino del escritor israelí Amos Oz haciendo referencia a un conocido suyo, cuyo nombre no se cita en el libro. Y menos mal.

“La tesis de este halcón es que para conseguir la deseada paz hay que destrozar al enemigo, como sea, incluso con armas nucleares, y que postergarlo sólo servirá para aumentar el sufrimiento: “estoy dispuesto a cumplir voluntariamente el trabajo sucio para el pueblo de Israel, a matar a los árabes que haga falta, a expulsarlos, perseguirlos, quemarlos, hacernos odiosos… hoy ya podríamos tener todo esto detrás de nosotros, podríamos ser un pueblo normal con valores vegetarianos… y con un pasado levemente criminal, como todos. Como los ingleses y los franceses y los alemanes y los estadounidenses, que ya han olvidado lo que hicieron a los indios, a los australianos, que han aniquilado a casi todos los aborígenes, ¿quien no? ¿Qué tiene de malo ser un pueblo civilizado, respetable, con un pasado ligeramente criminal? Eso ocurre hasta en las mejores familias.” No sé a vosotros, a mí me da mucho, muchísimo que pensar.




lunes, 25 de mayo de 2015

Esther cumple cuarenta

Vale, este libro no será nunca una de las grandes joyas de la literatura universal, pero descubrirlo ha sido para mí de lo más emotivo, y como de todo tiene que haber en la viña del señor y en este blog, pues pasemos a comentarlo.


Es emotivo para mí por varias razones. Para empezar me lo han regalado mis sobrinos y eso me encanta, así que ¡¡¡mil gracias, queridísimos Santi, Gerardo y Pilar!!!  ¡¡¡mil gracias también a vuestros adorables papás!!!

Para seguir, crecí con los cómics de Esther. Me regocijé con sus aventuras y desventuras, me sentía identificada con su eterno amor no correspondido por Juanito, me apabullaba su despampanante amiga Rita… todas las tribulaciones de la Esther adolescente tenían un cierto paralelismo con mi “yo adolescente”. Como entonces por suerte no había programas del corazón, recuerdo que mis primas y yo cotilleábamos a base de bien con los tejes y manejes de Esther, sus amigas, sus novios… como si hubiéramos estado comiendo sopas juntos toda la vida. Luego mis primas y yo crecimos, terminamos el instituto, ellas fueron a la universidad, yo empecé a trabajar y me independicé, ellas se casaron y tuvieron a sus hijos, han ido pasando los años… hasta que hace unas semanas mi prima Pilar encontró este libro, y sus peques me lo regalaron, por los viejos tiempos.

Esther Lucas también ha crecido. Ahora es enfermera, está medio divorciada, tiene una hija adolescente, ha recuperado su amistad con Rita, sigue siendo una adorable pecosa a la que le pasa de todo, y lo más profundo de su corazón aún late por Juanito Wowden. Veinticinco años después. Eso es amor y lo demás son tonterías.

“Nos han hecho creer que existe el hombre perfecto y de eso nada. Si es listo, no suele ser guapo. Si es guapo, no necesita ser listo. Y si tiene pasta, no le hace falta ser guapo ni listo.”
Ésta es Rita, que entre enfado y reconciliación con el chulo italiano de su novio, se dedica a filosofar acerca de las relaciones entre hombres y mujeres.

“¿Acaso tengo que darles las gracias a los homosexuales del mundo por que me dejen menos oportunidades de llevarme a un tipo bueno a la cama? Se están quedando con todo. ABBA, Eurovisión, la música disco. Por favor, ¿desde cuándo la música disco es gay?”

Esther y Rita tomando el té.
“¿Cómo es posible que estuviera loca por George Michael? De acuerdo, es guapo. O lo era. Ahora está raro. Tiene aspecto de señora mayor rara, igual que Elton John. Están envejeciendo mal.”
Querida Rita, no eches la culpa a los gays, ¡¡la culpa era de los ochenta!! Y sí, por dios, ¿cómo pudimos tardar tanto en darnos cuenta de que George Michael era gay? ¡Si iba siempre más maquillado que Sara Montiel, y ya es decir!

Esther Lucas, nos encanta que no hayas cambiado ni un poquito siquiera…

“Esther Lucas eres idiota. Una idiota y una bocazas. A ver como lo arreglas.”
(Esther hablando con ella misma)

“Se ríe. Es guapo. Es hortera. Sí, es hortera pero es guapo. ¿Cuánto hace que no estoy con un hombre? Mejor no echo cuentas. ¿Tanto? No puede ser…”

“Pequeño debate interior, ¿debo o no debo mirar? ¿A quién voy a engañar? No debo, pero curioseo igualmente.”

“-Ah… -se queja-. Quien iba a pensar que ese animal iba a pegarme.
-Yo, desde el minuto uno. Por eso te lo dije.”

¡Oh cielos, Juanito!
Y cualquier libro, cómic, película, lo que sea de Esther, no podría ser sin el héroe masculino, el bombonazo, el irresistible Juanito que nos tenía loquitas a todas, y claro, en especial a la pobre Esther. Y no creáis que no le hacía caso, claro que se lo hacía, pero sólo de vez en cuando, en plan “te quiero, eres mi mejor amiga” y esas cosas. Esther Lucas inventó el pagafantismo femenino, que no vengan ahora los modernos dándoselas de originales, que no. Aunque supongo que si el picaflor de Juanito hubiera sido un poco más accesible para Esther, no habríamos disfrutado tanto con la extraña relación entre ellos dos. Ahora Juanito está divorciado, es un famoso entrenador de fútbol, y aunque nunca llegó a desaparecer del todo de la vida de Esther, en esta novela irrumpe con fuerza poniéndole boca abajo las hormonas y las neuronas. ¿Qué acabará pasando entre ellos? Ahhh….

“Juanito era como Beckham antes de Beckham. Y me refiero al primer Beckham, al bueno, no al muñeco de acción casado con la Barbie Spice.”

“Qué guapo es y qué guapo está.”


Y con esta última frase, queridas cuarentañeras, ya está todo dicho. Juanito forever. Ahora a disfrutar del libro y a esperar que Esther cumpla sesenta ;-)


martes, 21 de abril de 2015

Ligeros libertinajes sabáticos


Más que una novela erótica, ésta es una selección de relatos breves, intensos y picantes. Fue premio de la famosa colección “La sonrisa vertical” y una de las ocasiones en las que dicho premio recayó en una escritora. Uno de los muchos campos, la escritura erótica, a los que las mujeres deberíamos lanzarnos sin miedo, habida cuenta de la falta que hace. Y es que en el panorama de la novela erótica, saturado de energía masculina, hace mucha falta la visión femenina del sexo, del amor, del erotismo. Una visión que Mercedes Abad borda en todos y cada uno de estos relatos. Todos me han gustado, pero personalmente me quedo con el último, “Ese autismo tuyo tan peligroso” ;-)