domingo, 13 de noviembre de 2011

Ladrón de cerebros... y de corazones

“Sé intelectualmente promiscuo, no dejes que nadie te aburra”


Algunas cosas que he aprendido leyendo “El ladrón de cerebros”:
  • Cómo se lo monta un rhinovirus para sobrevivir y multiplicarse en el cuerpo de un pobre becario resfriado.
  • Aquello que nos hace humanos, que nos permite sentir, vivir, estudiar, amar, disfrutar y sufrir, no es más (ni menos) que un puñado de masa gelatinosa con forma de nuez.
  • No te fíes de los concursos de televisión en los que se abre una puerta y aparece una cabra, no te fíes.
  • El universo es muchísimo más grande de lo que parece, de lo que creíamos que era y de lo que podemos imaginar. Glups.
  • Dios no existe, y si existe fue él quien instauró la selección natural como herramienta para la evolución de las especies.
  • A los hombres heterosexuales, evolutivamente han de gustarles las mujeres de anchas caderas y grandes pechos, pero cognitivamente y cediendo a la presión del grupo social, han de gustarles las mujeres altísimas y delgadísimas. Los pobres, qué cacao mental........
  • Nuestros genes son bastante cotillas. Un simple algodoncito frotado en la parte interior de la mejilla y esa panda de cotorras le cuentan a cualquier genetista los secretos más íntimos de nuestro cuerpo y de nuestra salud, incluso aquellos que nosotros mismos desconocemos. Glups de nuevo.
  • Los creacionistas son un montón de cazurros (eso ya lo sabía) pero son más peligrosos de lo que imaginaba.
  • Existen gusanos de ocho cabezas (documentado con vídeo).
  • ¡Se está investigando una vacuna que puede curar de la adicción al tabaco! Eso es fantástico.
  • Si me enamoro no es mérito mío, ni del objeto de mis amores, todo es culpa de la oxitocina. He de hablar seriamente con mi oxitocina, esto no me hace ninguna gracia.....
  • Algún día la gente que se sienta sola tendrá un robot como mascota en vez de un animal. Nos ahorraremos millones en limpieza de calles y mobiliario urbano.

... y muchas cosas más. “El ladrón de cerebros” es sin duda el mejor libro de ciencia divulgativa que he leído nunca, seguido de “La mente errabunda” de nuestro querido Asimov. Y es el mejor porque te fascina, porque consigue engancharte desde el primer momento hasta el punto final.

“No le tengas miedo ni excesivo respeto a la ciencia: hazla tuya”

Esa es la filosofía con la que el libro está escrito y con la que Pere Estupinyà, su autor, pretende (y consigue) que leer ciencia sea tan ameno y divertido como leer una novela, con el añadido de lo muchísimo que aprendes en cada uno de sus capítulos. El libro está basado en los posteos del blog “Apuntes científicos desde el MIT”, que su autor comenzó a escribir en el año 2007, durante su estancia en Boston, cuando disfrutaba de una beca de periodismo científico en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT); los capítulos son breves e intensos, y cada uno de ellos te abre todo un mundo de posibilidades.

La verdadera magia de “El ladrón de cerebros” es haber sabido tocar el corazón de los “dummies” de la ciencia, al contarla con sencillez y claridad. Los que nunca entenderemos en profundidad la teoría de cuerdas (¡y tantas otras cosas!), al menos gracias al trabajo de Pere podemos saber de qué va, y eso ya es mucho.

Mi más ferviente recomendación para hoy: leed “El ladrón de cerebros” y lanzaos de cabeza a esa maravillosa piscina que es la ciencia. Salvo en matemáticas, por muy científicamente que hablemos nunca se puede asegurar algo de manera total, pero en este caso hay un 99’9% de posibilidades de que el libro y su simpatiquísimo autor os acaben robando el corazón. Como a mí.

sábado, 5 de noviembre de 2011

El Rin

“Los ríos acarrean las ideas lo mismo que las mercancías. Los ríos, como inmensos clarines, cantan al océano la belleza de la tierra, el cultivo de los campos, el esplendor de las ciudades y la gloria de los hombres”


No es la mejor novela de Víctor Hugo, ni la que más me ha gustado, pero con frasecitas como la anterior, a los que somos germanófilos, romanticófilos y renanófilos (toma palabros) nos conquista. Yo ni siquiera lo llamaría novela, es más bien un cuaderno de viajes en el que el autor se dedica a describir todos los pueblos y ciudades con los que se encuentra en su recorrido por el Rin, pero puesto que se trata de Víctor Hugo, es fácil imaginar que las descripciones son magníficas y muy sentidas. A mí me ha gustado mucho, por eso lo posteo.


Y ahora que ya me he leído el libro, a ver si este año cae el crucerito... ;-) Por cierto, esta última foto es de la catedral de Colonia, junto al Rin. Preciosa.

sábado, 22 de octubre de 2011

Los pilares de la tierra y Un mundo sin fin


“Un mundo sin fin”, es un libro que nunca debió ser escrito.

Como aficionadilla a la escritura, no puedo evitar a veces sentir una cierta envidia, aunque sana, de aquellos autores que escriben, publican y no sólo viven de lo que publican, sino que viven muy bien. Parece el chollo del siglo ¿no? pues he cambiado de opinión leyendo “Un mundo sin fin”. Estoy segura, segurísima de que Ken Follett  nunca quiso escribir ese libro, y escribir 1200 páginas de un libro que en realidad no quieres escribir debe ser muy duro. Y que conste que el libro me ha gustado mucho, es una novela interesante y fácil de leer, pero desde luego escrita a la rémora de su brillante antecesora “Los pilares de la tierra” y que nunca hubiera existido sin ella.

Debo decir a título de curiosidad, que “Los pilares de la tierra” tiene casi 1300 páginas y yo las leí todas seguidas, en una noche tranquila de viernes, cuando cogí el libro después de cenar para leer un rato. No podía parar, no podía. Mi cuerpo vibraba de cólera con las salvajadas de William, de excitación cuando Jack crea en su brillante mente el mecanismo de la máquina de abatanar, y de ternura unas páginas después, cuando hace el amor por primera vez con Aliena. No se puede vivir más intensamente algo que no estás viviendo tú. Se entiende mejor ahora lo de obsesiva y compulsiva, ¿verdad? ;-)


“Los pilares de la tierra” es una obra maestra, una novela cuyo único defecto es que su autor esté vivo, porque si no, sería ya un clásico entre los clásicos. Magistral y única, marcó toda una línea a otros muchos autores que nunca igualaron su maestría. Ken Follett habla mucho de ella en el mismo libro, habla con todo su amor de cómo la gestó, de cómo estuvo obsesionado por la Edad Media y la construcción de catedrales en esa época, y de cómo siempre supo que escribiría una novela al respecto.

Y la novela salió perfecta, tan perfecta que estoy segura de que el maestro pensó en retirarse el día que escribió la palabra FIN. Pero detrás de un escritor de éxito hay mucha gente que vive de lo que él escribe: agentes, editores, impresores, publicistas...... y supongo que no le dejaron. Son siempre los que no escriben quienes quieren matar a la gallina de los huevos de oro, no quien tiene el talento de escribir. NADIE puede desear escribir “Un mundo sin fin” después de haber escrito “Los pilares de la tierra” y la venganza oculta del bueno de Follett fue... volver a escribir “Los pilares de la tierra”. “Un mundo sin fin” es el mismo libro, con los mismos personajes y los nombres cambiados, con el mismo argumento, con los mismos hechos y con algunas escenas calcadas. Quizá por eso resulta también fascinante su lectura, pero si segundas partes nunca fueron buenas, en este caso la segunda parte es bastante descafeinada. Quienes amamos en su momento profundamente a Jack, nunca podremos sentir más que un tibio cariño por Merthin. Se siente, el amor y la literatura, son así.

Por cierto, hablando de Jack, estos días estoy viendo la serie basada en la novela, y me parece acertadísima la elección del actor Eddy Redmayne en el papel de Jack, ¡¡¡siempre imaginé así a Jack!!! ¿¿¿cómo lo han sabido??? Es uno de esos actores que saben decir sin palabras lo que su personaje está sintiendo, y hace un Jack guapísimo y entrañable, con una mirada que directamente te derrite. Lo mejor de la serie, sin duda.


domingo, 16 de octubre de 2011

Los Pazos de Ulloa

“...en las ciudades pequeñas... donde ningún suceso se olvida ni borra... donde se abulta lo nimio y lo grave adquiere proporciones épicas, a menudo tiene una muchacha perdida la fama antes que la virtud...”

Magnífica doña Emila Pardo Bazán, recreando en una novela costumbrista al más puro estilo Jane Austen los entresijos, los sinsabores, la brutalidad y la hipocresía de la Galicia más profunda. También las pasiones y el amor tierno tienen lugar en este relato, mezclados con adulterio y caciquismo en grandes dosis. Como la vida misma.

Sublime la escena en la que los cazadores hablan de sus “conquistas”, parece que la autora esté lanzando un guiño a todas las mujeres que, obligadas a callar, asisten con una sonrisa de resignación a escenas como esa.

Los ingleses tienen a la Austen y a las hermanas Brönte...... nosotros tenemos a la inimitable condesa de Pardo Bazán. Disfrutémosla.


Obsesiva y compulsiva

Obsesiva y compulsiva, así es mi relación con la lectura. No sólo leo montones de libros, sino que tengo listas enormes de los que tengo pendientes de leer, y cuando empiezo uno nuevo me siento como si naciera, como si se abriera el mundo entero ante mí ¡es la mejor de todas las aventuras, leer!

Los devoro, los libros, me los bebo, hago el amor con ellos, duermo con ellos, me río de ellos, se ríen de mí y me hacen llorar a mares cuando el tiempo está gris. Me ha dolido la muerte de un personaje de ficción al igual que la de un buen amigo; he conocido a varios hombres perfectos y me he enamorado de todos ellos; he sentido lo que siente una madre cuando su hijo se va a la guerra; he sido una heroína romántica a la que hieren y abandonan; me han amado como a nadie, me han odiado, incluso una vez, por amor, me clavé un puñal en el corazón y me arrojé al Rhin. Y todo eso, como dijo Umberto Eco “sentada en una esquina con un libro”.

Les debo a los libros más que la vida, y por eso los amo tanto. En este blog sólo encontrareis aquellos que me han tocado el punto G del alma, que al fin y al cabo son aquellos de los que merece la pena hablar. Espero que disfruteis leyéndolos y que os  hagan vivir las mismas sensaciones que me han hecho vivir a mí.

Por cierto, me gano la vida trabajando en una biblioteca..... lo mío es muy grave... ;-)