lunes, 13 de agosto de 2018

Soy Pilgrim

“Por eso me has caído siempre bien, Scott, nunca permites que algo te haga daño.”


Una magnífica lección de Scott para todos los lectores, y mira que al pobre le caen por todas partes. Hace tiempo que no leía una novela de intriga que me intrigara y me fascinara tanto.

“A nadie lo han detenido jamás por haber cometido un asesinato, sino por no haber sabido planificarlo como dios manda.”

Y de eso trata exactamente esta novela, de la planificación de uno, o más bien de muchos asesinatos de una manera tan perfecta que su ejecución sólo puede ser evitada por un desplanificador de asesinatos más perfecto aún. Y ahí es donde entra en juego el protagonista de la novela, el agente secreto Scott y sus muchas personalidades, el único capaz de dar caza al malo de la peli sin despeinarse. Bueno, al malo del libro en este caso.

“Yo era un candidato perfecto para el servicio secreto. Era inteligente, siempre había sido un lobo solitario y llevaba una herida profunda en el alma.”


“El taxista debió de pensar que estaba loco, pero su religión considera razonable lapidar a una mujer por adulterio, así que me dije que estábamos más o menos en paz.”

“El creía lo que decían nuestros líderes políticos: que su objetivo era llevar la democracia a Oriente Próximo. Y como era un musulmán profundamente devoto, aquella perspectiva lo enfurecía.”

La religión de la paz…


“Nunca han aprendido la regla más importante del ciberespacio: que las computadoras no mienten, pero los mentirosos saben computar.”


“-¿Qué ocurre en Luz Brillante?
-Que torturan a la gente
-¿Nuestro país hace eso a las mujeres?
-Nuestro país hace eso a cualquiera.”