Cruel. Es la mejor palabra para definir esta novela, cruel e inhumana hasta la exasperación. Aterradora. Fría. Sádica. Y quizá por eso fascina, porque muestra la parte menos humana de los humanos, la que todos rechazamos, la que no quisiéramos tener, pero me temo que todos tenemos.
Y hasta aquí puedo leer.
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